¡Les cuento un poco de mí! Soy super animalera y me encanta respirar aire fresco. He tenido perros durante toda mi vida y ahora tenemos a Peanut, una labrador color champagne tostado – ojo coqueto le digo yo, y es una maravilla tenerla con nosotros. Me gusta mucho la comida, de todo tipo, disfruto mucho cocinar y probar nuevos sabores. Me encanta viajar, cuidar de mis amigos, leer datos raros y curiosos del mundo y descansar con una buena película. 

Mi camino terapéutico empezó por la sensibilidad a las realidades de los demás. Siempre fuí muy empática y abierta al contacto personal íntimo y sensible. 

He trabajado en varios contextos clínicos que le han sumado a mi experiencia y me han dado muchos aprendizajes; y por supuesto mi querido consultorio privado donde trabajé con niños, adultos y familias en base a la Terapia Breve con intervenciones conductuales que nos llevaron a muchos casos exitosos.

Por circunstancias de la vida me mudé a Alemania (¡vaya decisión tan grata!) pero no me libré de todas las complicaciones y dificultades que la mudanza trajo con ello y un sin fin de cambios de los cuales seguro muchos de ustedes habrán o estarán pasando por ello. Duelos, adaptaciones, recreación de uno mismo, dudas, resiliencia, planes.

Es por ello que mi trabajo se expresa en la imágen del diente de león. Ésta es una planta que pasa por muchos momentos de transformación hasta desprender éstos “pelitos” que vuelan hasta caer en la tierra y forman una planta nueva. La metáfora de evolución, transformación, de crecer, de soltar para avanzar, de su ligereza, expresan mi trabajo y el objetivo en conjunto con ustedes. Trabajemos juntos para el crecimiento continuo, basado en ciencia, pero sobre todo envuelto en empatía, respeto y apertura. ¡Bienvenido a éste camino!